Unas de las cosas que más llama la atención de la Historia de Limache son los carritos de sangre que hubo en el año 1930. Estos transportaban personas y se guiaban a través de unos rieles instalados en algunas calles. Estos carros eran tirados por 2 caballos y la verdad es que denominaban oficialmente “ferrocarril urbano de Limache”, pero como siempre se cambian los nombres al gusto popular, las personas terminaron identificándolos con el apodo cariñoso de “Carros de Sangre” por el hecho de ser tirado por animales.
La carrocería estaba fabricada en madera con asientos acondicionables, igual que en los trenes antiguos. Cabían entre 20 y 25 asientos en carros cuyo ancho alcanzaba más o menos los 2,40 metros. De trota ancha, usaban ruedas similares a lo de los ferrocarriles de 70 CMS. de diámetro y se guiaban por un solo riel por lo que dentro de su trayecto, debían muchas veces darle la pasada al vehículo que venía en dirección contraria.
La carrocería estaba fabricada en madera con asientos acondicionables, igual que en los trenes antiguos. Cabían entre 20 y 25 asientos en carros cuyo ancho alcanzaba más o menos los 2,40 metros. De trota ancha, usaban ruedas similares a lo de los ferrocarriles de 70 CMS. de diámetro y se guiaban por un solo riel por lo que dentro de su trayecto, debían muchas veces darle la pasada al vehículo que venía en dirección contraria.
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